viernes, 11 de marzo de 2011

Ubicación temporal y características generales del periodo

Descripcion del tipo de educacion impartida en el telpochcalli y el calmecac


La educación formal en Mesoamérica fue muy antigua, es difícil imaginar que las culturas no transmitieran sus conocimientos y formaran las conciencias de su población infantil y juvenil por medio de la escuela, pero lamentablemente no es posible conocer suficientemente la vida de distintas sociedades porque los descubrimientos arqueológicos no proporcionan la información necesaria, pero la entrada de los españoles a Mesoamérica dio un golpe definitivo en México-Tenochtitlán, porque los españoles fijaron su centro de dominación sobre las ruinas de esta ciudad y porque el estudio de la vencida tradición de los mexicas fue usado como uno de los medios de evangelización y sometimiento del resto de los mesoamericanos. Los conquistadores investigaron las formas de vida, creencias, instituciones e historia mexicas y registraron la información en español, en letra latina. Por su parte los indígenas aprendieron el sistema fonético latino y lo utilizaron para, transcribir al papel su historia y sus tradiciones en español o en su propia lengua. A partir de estos escritos conocemos con un poco de detalle la vida mesoamericana.
Ahora bien las clases de escuela que se mencionan en las fuentes documentales. El calmecac ("lugar de la hilera de casas”) era la destinada  a la nobleza, aunque no en forma exclusiva. El telpochcalli ("casa de jóvenes") era la escuela a la que iban casi todos los plebeyos Había siete calmécac en toda la ciudad; en cambio los telpochcalli eran muy numerosos, pues se dice que existían diez o quince en cada, barrio. De la escuela femenina o ichpochcalli ("casa de doncellas"), casi no hay noticia. Pero es probable que estas sirvieran principalmente en el servicio de sus dioses.
También en las escuelas se impartían y era esencial la enseñanza diaria de recibir instrucciones de canto y danza. Estas eran consideradas en aquel tiempo formas muy elevadas de culto religioso, el canto, en particular, una vía de transmisión del conocimiento.
Además no había ni un solo niño que no tuviera la obligación de ir a la escuela ya que la enseñanza se daba a todos los miembros de la sociedad como un derecho y una obligación comunales. La obligación quedaba reforzada por medio de las creencias religiosas por que se  creía que todo recién nacido que no era llevado al templo-escuela estaba en un grave peligro de perder la vida, pues carecía de la protección del dios tutelar. Era una especie de "inscripción" religiosa, basada en la creencia de que el individuo tenía varias almas.

La disciplina y el contenido de la educación en el Calmécac eran muy distintos a los del telpochcalli. Por qué el noble iba a prepararse en todos aquellos campos que le permitieran actividades de dirección. Lo primero era la educación en el campo del mando político. Los nobles aprendían a regir, y en su preparación ocupaba un lugar muy importante la retórica, También se incluían las actividades de alta tecnología, como las obras hidráulicas o monumentales, actividades en que las fuentes señalan a los más altos personajes. En el tema religioso era fundamental el manejo de los cómputos calendáricos, entre los que destacan dos ciclos: el de 365 días, de carácter agrícola-religioso, dividido en 18 "meses" en los que quedaban distribuidas las principales fiestas del culto, etc.
Para el niño noble la vida era muy dura: en primer lugar, al menos en el plano normativo e ideal, tanto la muchacha como el joven nobles eran castos. La virginidad, incluida la masculina, era muy apreciada entre los mexicas, y una de las virtudes que se estimaban en el guerrero era su alejamiento de la carnalidad. Los jóvenes y las doncellas nobles vivían encerrados en sus escuelas, sometidos a una estricta vigilancia. Si algún muchacho era sorprendido en aventuras amorosas, se le chamuscaban los cabellos, se le lanzaba a la calle y nunca más podía volver con sus compañeros de escuela.
En cuanto a las descripciones del trato de los niños nobles en las escuelas, las fuentes documentales dicen que los alimentos que les llegaban de sus casas no eran entregados específicamente a un destinatario familiar, sino que se distribuían entre todos, arrojándoles la comida para que aprendieran a ser humildes.
En el telpochcalli, aunque la educación religiosa era muy importante, se hacía hincapié en el trabajo y en las actividades militares. Esto tenía también el carácter de beneficio para la colectividad y los niños, desde edad temprana, participaban en los combates. Eran los encomendados de cargar las provisiones de los guerreros en la medida de su vigor físico. Con frecuencia un militar experimentado, persona hábil escogida por el padre del menor, le servía como instructor en el campo de batalla, mientras el niño actuaba como su escudero. Los novatos veían la lucha desde lugares seguros; pero su afán aventurero y su deseo de iniciar el ascenso jerárquico los impulsaba a lanzarse. Si podían dominarlo, capturándolo vivo, obtenían su primera posición prestigiosa y pedían que se les cortara un mechón de cabello que, como señal deshonrosa llevaban los que nunca se habían distinguido en el combate. Su peinado sería ahora diferente  se les rapaba toda la cabeza, con excepción de un mechón que caía sobre una de las orejas. Ya no volverían a ser simples cargadores en la guerra, y tendrían autoridad como maestros de sus compañeros más jóvenes.
La diferencia de educación de los niños plebeyos y los nobles, como se dijo anteriormente, estaba en razón directa de las responsabilidades y privilegios que tendrían los estudiantes en su vida adulta. Por regla general, existía la rigidez de la herencia paterna en el desempeño de las profesiones, y buena parte de la transmisión de los oficios era una actividad educativa doméstica y enseñaban a sus hijos a manejar las piedras finas y los oficios de  carpintero y lapidario y pintor y platero y guarnecedor de plumas, luego, desde muchachos, para que siendo hombres se aplicasen por sus oficios y ocupasen el tiempo en cosas de virtud.
El niño plebeyo, al tener que auxiliar a su familia desde edad muy temprana en las actividades económicas, entre ellas las agrícolas, tenía más facilidad para entrar y salir con frecuencia del templo-escuela, Llegado a la madurez sexual, el joven tenía ciertas libertades, como la de pasar ocasionalmente la noche fuera del templo,

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