jueves, 17 de marzo de 2011

ENSAYO

 El desarrollo de la educación en la época colonial
Durante la época colonial la educación la educación implementada en la nueva España experimento una serie de cambios significativos que dieron pauta a una nueva forma de enseñanza en la educación novohispana. En esta época la instrucción otorgada se enfocaba principalmente a la doctrina cristiana. A lo largo del siglo XVI el trato dado a los hijos de nobles e indios marco una diferencia en el tipo de enseñanza impartida ya que se hacia una división en cuestión de estatus social.
       A los hijos de los principales se les preparaba en la doctrina cristiana en la lectura y la escritura, además de habilitarse para el regimiento de sus pueblos y para el servicio de las iglesias. Por otro lado a los hijos de los populares solo recibían enseñanza en cuestión de religión y al mismo tiempo se aconsejaba a los varones siguieran el oficio de sus padres, y las mujeres apoyaran en las labores del hogar.
Posteriormente el cabildo de la ciudad de México de la nueva España, decidió realizar una serie de ordenanzas, con el fin de que los maestros que brindan enseñanzas del arte de leer, escribir y contar en distintas escuelas, se perfeccionen en esto. En ellas se menciona como primer se otorgaron dos maestros los cuales serán visitadores y examinadores de los no examinados, es necesario que se examinen para así obtener su escuela y darles carta de examen. La segunda ordenanza hace referencia a las características del maestro, pues este no tiene que ser negro, ni mulata, ni indio, sino español cristiano viejo de vida y costumbres; primero debe ser admitido a examen.
     En la tercera ordenanza se mencionan los conocimiento que los maestros deben poseer, tienen que saber leer romance en libros, cartas masivas y procesos, escribir las formas de letras de redondillo grande, mediano y chico, si algún maestro no se sabe estos dos tipos de letras, no se le permitirá presentar el examen y es requisito que tenga conocimiento acerca de lo contenido en la cuarta enseñanza, en esta última se habla de que el maestro debe saber las cinco reglas de cuenta gualisima: sumar, restar, multiplicar, medio partir y partir por entero, además de sumar cuenta castellana. La quinta ordenanza dice que ningún maestro puede ser examinado, si no sabe lo contenido en la 3° y 4° ordenanza. Si algún maestro ejerce la enseñanza sin haber sido examinado, se le cerrara la escuela con pena de $20 de oro común. En la sexta o de manera de dialogo que ningún maestro que haya sido examinado  puede poner su escuela junto a otro maestro en las mismas condiciones; en el caso de que la escuela estuviese a dos cuadras de donde estuviese dicho maestro, no había problema.
      La séptima ordenanza deja en claro que las amigas de muchachas no pueden enseñar a leer a muchachos, pues es pena de los dichos $20. En la octava ordenanza se dice que el maestro que tenga escuela y haya sido examinado, debe enseñar el mismo sin tener quien lo ayude. En la novena ordenanza se menciono que si alguno tiene tienda, no puede tener escuela a menos que deje la tienda y se examine. En la décima ordenanza se habla de los maestros con más tiempo de enseñar, algunos de ellos no saben enseñar bien, ni escribir como se pide en la tercera ordenanza; en este caso recibían alumnos solo para enseñarles a leer, si recibían muchachos para enseñarles a escribir, se les cerrara la escuela y no podían brindar sus servicios como maestros.
    Por último en la onceava enseñanza hace referencia a la doctrina cristiana, por la mañana se debe rezar en las escuelas, por la tarde se les daba la tabla de la cuenta guarisima a los discípulos y algún día de la semana se les tomara en cuenta a los discípulos para que se instruyan a los demás en la doctrina a los de la cual tengan mayor saber.  Como se mencionaba anteriormente en primera instancia se puso en práctica la educación hacia los hijos de caciques y principales en la nueva España. Esta educación estuvo a cargo de los “Doce” quienes crean un grupo de expedicionarios de carácter oficial tanto de la corona española como de la santa sede. Como obra inspirada por el espíritu santo, se dieron a la tarea de construir escuelas junto a los templos religiosos llamados escuela-monasterio de los cuales se exponen en el año 1570 en toda la nueva España, con el fin de dar educación a los niños y al mismo tiempo inculcar la doctrina cristiana.
Estos templos retomaron la disciplina impartida anteriormente por la escuela Calmecac, caracterizada por castigos rigurosos como azotes, pues seguían el lema “La letra con sangre entra”, la educación en estas escuelas consistían en un régimen de vida monarcal, ya que el programa de estudios con el que trabajaban los niños, no les permitía estar de ociosos en ningún momento. Se les instruía en la lectura, escritura, canto y doctrina cristiana. La comunicación entre maestros y alumnos al principio se vio un poco limitada por la diferencia de idioma, pero más tarde los frailes demostraron un rápido aprendizaje del idioma, dándose a entender para una mejor enseñanza. Para el año de 1523 se empezaron a formar los gremios que son asociaciones del mismo trabajo, unidos para lograr beneficios para su grupo, el propósito fundamental de estas organizaciones era el proteger a sus miembros de la competencia y al público de las mercancías de poca calidad.
Fue hasta 1601 cuando se estableció el Gremio de Maestros del Nobilísimo Arte de Primeras Letras en la ciudad de México. A diferencia de otros gremios, el gremio de maestros reglamentaba un arte liberal, por lo tanto sus ordenanzas fueron diferentes, ya que contaban con privilegios, como portar armas y gozar de las preeminencias y franquezas de que gozaban los hijos galgos, además de que no podían ser encarcelados. Así mismo los aspirantes a pertenecer a este Gremio tenían que probar ser españoles de sangre pura, cristiano viejo, hijo legitimo  de buena vida y costumbres, además de ser sometido a un examen. Los maestros mayores tenían gran poder de autoridad dentro de la asociación Gremial otorgaban licencias provisionales a los maestros, elaboraban los exámenes y visitaban las escuelas.
         En 1761 el Gremio contaba con aproximadamente 30 integrantes, en 1787 debido a la decadencia de esta asociación el número de miembros disminuyo a 5, por este motivo no logro recuperar su membresía. En el siglo XVIII se dieron muchos cambios en la Nueva España, el objetivo de la enseñanza brindada a los indios cambio, se promovió el establecimiento de las escuelas de castellano en los pueblos de indios para hacer más precisa la enseñanza de la doctrina cristiana, y a pesar de que los indios se oponían, en poco años hubo 286 escuelas en 76 pueblos de indios, donde una cuarta parte de ellos enseñaban a leer y escribir. Finalmente las escuelas de los indios quedaron conformadas de la siguiente manera: supervisadas por el gobierno civil, incluía la lectura y escritura; se enseñaba a veces a niños mestizos y blancos con los indios y sus maestros fueron pagados con sus propios fondos.
       Por otra parte también estaban los Jesuitas; ellos buscaban reforzar los estudios de historia y de las culturas prehispánicas y promover el método experimental en las ciencias. Por esta razón lograron establecer “Academias” para el estudio de matemáticas, lenguas modernas, griego, física, química, historia y geografía. Sin embargo se expulso a los Jesuitas, y los franciscanos y los agustinos abrieron colegios en varias ciudades para tratar de remediar la falta; así fue cómo surgió la segunda universidad fundada en todo el virreinato. En 1786 el ayuntamiento de la ciudad de México ordeno que los conventos y parroquias establecieran escuelas gratuitas de doctrinas cristiana y lectura, surgiendo las dos primeras escuelas municipales, una para niños y otra para niñas. La enseñanza de los niños sin embargo era rudimentaria, doctrina cristiana, labores de costura y a veces lectura, aunque no era menos motivo para que hubiera escuelas particulares de niños, las Amigas. Ya casi al final del siglo la fisonomía educativa cambio; para 1802 había 62 Amigas particulares, 3 escuelas gratuitas y 1 escuela municipal.
Dentro de los cambios que se dieron en la Nueva España durante las últimas décadas de siglo XVIII se fundaron 4 nuevas instituciones. La escuela de Cirugía, se practicaban disecciones del cuerpo humano. La enseñanza impartida aquí era más avanzada que la instrucción médica ofrecida por la universidad, los alumnos adquirían experiencia por las prácticas en disección y por las visitas diarias a los enfermos.
       En la academia de Bellas Artes se establecieron estudios de pintura, escultura y arquitectura. Se promovió el estilo neoclásico frente al barroco novohispano, y en la década de los 90, la enseñanza mejoro con la llegada de directores españoles para arquitectura y pintura, con el inicio criollo entre los profesores peninsulares de la Academia. También se dio el proyecto para una cátedra de  botánica fundándose en jardín botánico, con la habilidad para entrenar a los alumnos por medio de la experimentación y observación de las plantas, incorporándose la nomenclatura y conocimientos indígenas. Por último se fundó un colegio de Minería con 6 profesores europeos, plan de estudios de 4 años de clases y 2 de práctica, con 3 laboratorios para la enseñanza de química, física y metalúrgica. En las 4 instituciones se intentaron promover conocimientos europeos modernos; no sin que los intelectuales novohispanos reaccionaran mediante el llamado nacionalismo intelectual.






Educación de los indios


Los tres colegios internos para indígenas en Parras, Coahuila, en 1622; en San Luis de la Paz en 1640, añadido la escuela establecida en 1594; y el Colegio de San Javier, Puebla, en 1751, probablemente sirvieron con los cuatro del siglo XVI, para la preparación de los alumnos nativos para ocupar puestos “eclesiásticos, políticos y civiles,” además de los seminarios diocesanos, fundados al final del XVII, que tenían becas para los seminaristas indios. Educación indígena en el siglo XVIIIPara entender la educación indígena en el siglo XVIII es importante tomar en cuenta la estructura y funciones de los “pueblos de indios” de la Nueva España. En la cédula real de 1691, el rey ordenó pagar a los maestros de escuela “de los bienes de comunidad de pueblos de los indios” y así reconoció que los pueblos representaban una forma de gobierno local y una fuente de divisas que se podría usar para las escuelas. El “pueblo de indios” era uno de tres tipos de asentamientos humanos reconocidos en la legislación. La base de la estructura política y administrativa del virreinato al nivel local consistía en las ciudades y las villas de españoles y los pueblos de indios. En el siglo XVIII había aproximadamente 70 ciudades y villas de españoles y 4 000 pueblos de indios. En las ciudades y villas había ayuntamientos o cabildos, y en los pueblos de indios, el cabildo se llamaba la “república.” El pueblo de indios era una entidad corporativa, reconocida legalmente, con gobernantes indígenas electos anualmente, donde vivían por lo menos 80 tributarios (aproximadamente 360 indígenas) y había una iglesia consagrada y una dotación de tierra comunal inalienable. Los “oficiales de república” eran el gobernador, el alcalde, el regidor, el alguacil mayor y el escribano, encargados de recolectar el tributo, supervisar las tierras de comunidad y los fondos de la caja de comunidad, administrar justicia para crímenes menores según la costumbre del pueblo, financiar y dirigir las principales fiestas religiosas, representar al pueblos legalmente y ser testigos de los testamentos de los indígenas. Cada año los “vocales” o “electores” indígenas del pueblo eligieron los oficiales de república. Los ingresos del pueblo provenían principalmente del producto de diez varas cuadradas de tierra (diez metros cuadrados) que cada tributario cultivaba y el arrendamiento de terrenos sobrantes de los bienes de comunidad. Casi todos los fondos eran gastados cada año en las ceremonias litúrgicas, comida comunal, fuegos pirotécnicos, música y flores de las festividades sacras, especialmente la del santo patrón del pueblo, Corpus Christi, Jueves Santo, y las tres pascuas: Navidad, Resurrección y Pentecostés



No hay comentarios:

Publicar un comentario