viernes, 11 de marzo de 2011

educacion religiosa y militar. educacion de las mujeres

La educación actual en México es el resultado de generaciones precedentes. La época prehispánica no podía vivir y preservarse sin educación, ésta es indispensable en toda sociedad humana.
      La educación en las culturas prehispánicas se basaba en la enseñanza de oficios, religión, milicia, etc. La formación de cada individuo se da con la transmisión oral de conocimientos por generaciones, todo esto para la conservación de su propia cultura.
      Aunque al principio de los tiempos, no se sistematizaron las escuelas como tales, la educación se basaba en la transmisión de conocimientos como la agricultura, caza, el conocimiento de diversas plantas, minerales, materiales de construcción, instrumentos, costumbres, ciclos, épocas de reunión, entre otros. Una vez lograda la sedentarización, se produjo la construcción de centros ceremoniales para rendir culto a sus dioses y así se fue dando una división social.
      La conquista
      Cortés iba acompañado de fray Bartolomé de Olmedo, quien pretendía que la evangelización no fuera un acto obligado, aconsejaba al Conquistador (Cortés) a ser más prudente. Daba sermones a los indios para que dejasen la sodomía y los sacrificios humanos, pretendía informar más sobre la fe cristiana, era el encomendado para bautizar a los indios.
      Ya luego declarada la conquista, Cortés solicitó a Carlos V, mandase personas religiosas para la predicación evangélica debido a que no existía un método ni orden en la evangelización del país.
      Para 1524 se dio la llegada de los primeros misioneros franciscanos, fue la llegada de los Doce o Doce Apóstoles, el superior era fray Martín de Valencia, y así comenzar la evangelización metódica de la Nueva España. Luego se dio la llegada de ocho dominicos en 1526, dirigidos por fray Tomás Ortiz. Fueron llegando misioneros, sin embargo, algunos no resistían el clima y las fatigas, lo que provocaba su muerte o su regreso a España.
      La predicación tenía un obstáculo: la multiplicidad lingüística, aunque ayudaba el hecho de que la lengua náhuatl era la más hablada y sirvió como auxiliar general.
      Los pueblos indígenas tenían costumbres diferentes para adorar a sus dioses y, aunque se deseaba una conversión religiosa, durante la predicación, los misioneros conservaron las lenguas, usos, costumbres, pero siempre firmes en el orden dogmático se empeñaron en destruir costumbres que pudieran tener carácter religioso.
      Fray Juan de Zumárraga destruyó antigüedades mexicanas como manuscritos y templos, para dar lugar a la edificación de la Iglesia Cristiana. Por otro lado frailes como Bernardino de Sahagún, catalogado como uno de los más grandes misioneros, hizo estudios metódicos y minuciosos de la historia, tradición, usos, costumbres y lenguas de los indígenas, lo cual no sólo lo hizo etnógrafo, sino también lingüista. También fray Toribio de Benanvente, llamado Motolinía, realizó escritos a cerca de la historia de los indios al igual que fray Martín de Jesús.
      A su llegada, los agustinos tuvieron que aprender por lo menos diez lenguas para dar seguimiento a la conquista espiritual. De esta forma la educación tomaba dos rumbos, el primero, la enseñanza de otras lenguas a los misioneros recién llegados dado que no había la intención de hispanizar a los indios y el otro era la enseñanza de la fe católica.
      En el caso de la Nueva España la enseñanza de la religión fue una necesidad primordial al tener enormes núcleos de población en Mesoamérica con un grado avanzado de desarrollo religioso, así como estados teocráticos y prácticas opuestas a principios religiosos occidentales como el sacrificio humano y la poligamia. Millones de indígenas tenían que ser adoctrinados en el cristianismo por el Imperio español para fines fundamentales: la salvación eterna, la profesión de la fe católica y la integración inmediata a los usos occidentales.
      Carlos V y Felipe II fueron los principales impulsores de este proceso que tuvo como protagonistas principales a los frailes, quienes además de atender las carencias espirituales indígenas con notables soluciones y métodos que incluyeron esfuerzos importantes en arquitectura, pintura, música, teatro, traducción de textos y aprendizaje de lenguas indígenas, intentaron implementar entre los indígenas mesoamericanos el estilo de vida europeo con alfabetización, enseñanza de artes y oficios, modos de gobierno, organización civil, leyes, urbanización occidental y la construcción de edificios de diversa índole.
      Frailes como Alonso de la Vera Cruz, quien fue la figura más importante de la filosofía en México durante el siglo XVI, fue invitado por el superior de los agustinos en México, fray Francisco de la Cruz, para conocer la Nueva España.
En 1536 desembarcó en Veracruz, aprendió la lengua tarasca para predicar la doctrina cristiana a los indios, preparándoles a recibir el sacramento de la Eucaristía. En vez de imponer primeramente el castellano, como pretendía la monarquía española, habló a los indígenas en su lengua, para evangelizarles, con lo que obtuvo mejores resultados. Entre sus discípulos más distinguidos figuran Francisco Cervantes de Salazar, escritor y maestro universitario, quien compuso una crónica de la Nueva España de un gran valor antropológico e histórico, por sus datos sobre la conquista, las culturas indígenas autóctonas, y la gesta de Hernán Cortés, al que conoció personalmente.
      Fray Bartolomé de las Casas fue un misionero al que se le consideró procurador y protector universal de los indios, debido a que la Corona Española en 1550 ordenó formalmente que se les enseñara a los indios la lengua castellana.
      Fray Diego de Basalenque fue el tipo clásico de misioneros dedicado por entero a sus tareas, dejando huellas de sus habituales trabajos también en favor de los indios. Basalenque hizo escritos referentes a la cultura indígena.
      Fray Diego Valadés nació en Tlaxcala y fue un misionero franciscano, historiador y lingüista políglota en la Nueva España, desempeñó además los oficios de dibujante y grabador. Su obra más importante es Retórica Cristiana, obra de teología escrita en latín y publicada en 1579 y fue el primero en nacer en suelo mexicano y publicar un libro en Europa.
      Al surgir el Renacimiento en Europa, en España el cambio ideológico no es tan extremo como en otros países; no se rompe abruptamente con la tradición medieval.

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